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Hola de nuevo.
Como sabéis muchos, estoy pasando una temporada semiconvaleciente y lo que me queda, porque para una prueba estoy esperando más de tres meses desde que me pasó, y para la consulta con el especialista va a pasar más de medio año. Pero el mío no es el peor de los casos.
El pasado 29 de Abril salió en El Norte de Castilla la noticia de que la Fiscalía de Valladolid había pasado la pelota del niño de tres años que, tras acudir al Clínico de Valladolid se le diagnosticó una supuesta simple gastroenteritis y a pesar de las insistencias de que «le encontraban muy mal» y que «nunca había estado así», les respondieron a sus padres «que había muchas clases de gastroenteritis» y era normal, por lo que le dieron el alta «sin realizar prueba alguna», y cinco horas después de salir del hospital, murió de peritonitis en brazos de su madre.
Así mismo, hace unos años fue publicado en El Mundo que en el mismo hospital Clínico, confundieron a dos pacientes y un hombre que debía ser operado de un problema en el oído fue intervenido para reparar una desviación del tabique nasal que no tenía y viceversa.
También se ha dado el caso, aunque creo no publicado en prensa, de otro niño de Arévalo que afectado de una arritmia cardiaca fue al hospital de Medina del Campo, que son las urgencias más cercanas. Allí les dijeron que mejor fueran a Valladolid, aun diciendo sus padres que venían de Arévalo, porque había más medios. En Valladolid a pesar de seguir la recomendación dada en Medina de afirmar que 'les había pillado de viaje' se negaron tanto a atenderle como a trasladarle en ambulancia, porque les correspondía Ávila. Llegaron a Ávila y allí no tenían los medios necesarios, le derivaron a Salamanca. Cuando por fin le atendieron en el hospital de Salamanca, al niño ya se le había pasado la arritmia, pero perfectamente podía haber muerto.
Todo esto contrasta con la atención sanitaria disfrutada por D. Juan Carlos I, el cual se desplazó a Barcelona para operarse casi sin previo aviso en el hospital Clínico de dicha ciudad; lo que habrá conllevado traslados de camas, cancelaciones de intervenciones y aumento de la lista de espera; teniendo toda la planta vacía, a todos los médicos y enfermeras a disposición y degustando un menú distinto al de los demás pacientes del hospital.
El hecho es que nuestro Jefe de Estado, a pesar que ha decidido terminar su recuperación en una clínica privada, declaró sentirse satisfecho con la sanidad pública, como para concienciar de lo bien que funciona y lo orgullosos que debemos estar con lo que tenemos.
Y es que según la Constitución todos somos iguales, pero unos más que otros; y esto a falta de que empiecen realmente a recortar gastos.
